Último día de viaje y no podíamos despedirnos de estas tierras sin ir a probar el agua del lago. Como el tiempo era algo más que caluroso, cogimos las mochilas y nos hicimos la ruta a pie que nos llevaba del albergue hasta una de las pequeñas playas que tiene el lago.
Y por supuesto, una vez llegamos abajo, no se iban a contentar con admirar el paisaje, había que meterse dentro, y eso que aunque la temperatura ambiente era muy alta, el agua estaba algo más que fría.
Después, vuelta a hacer la caminata hacia arriba, un poco menos agradable, comer y... fin del viaje. Regreso a casa y hasta la próxima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario